Sí, hay un "San Úrbez" en la Catedral de Huesca
Siempre hemos afirmado que el centro devocional de San Úrbez en la ciudad de Huesca es San Pedro el Viejo, es evidente. En "...a pies descalzos" analizábamos la cierta rivalidad latente entre San Pedro el Viejo y la Catedral de la ciudad.
Abajo, imagen parcial de la Seo oscense.
Nuestra conclusión es que se notaba esa antigua rivalidad en la comparativamente poca atención dedicada a San Úrbez en la Catedral. Así, decíamos:
"Históricamente además, hubo cierto debate acerca de si la sede del obispo de Aragón, anterior a la dominación árabe, estaba situada en San Pedro el Viejo o en la ubicación de la actual Seo o Catedral de Huesca. Según Anselmo Gascón de Gotor (citando al padre Huesca) en un detallado artículo suyo publicado en La Esfera, número de julio de 1918, ilustrado con fotos de Oltra, durante veinte días tras la conquista de Huesca y hasta que la mezquita fue purificada y consagrada, residió el obispo en San Pedro. En diversas colaboraciones y artículos ratifica esto también Ricardo del Arco. Es muy curioso, además, que en la sillería gótica de la seo oscense aparezcan representados numerosos santos cuya relación con Huesca es algo escasa y desde luego inferior a la de San Úrbez, y éste esté ausente. Ello ratifica que el culto a San Úrbez estaba a nivel municipal muy asociado con San Pedro el Viejo, viejo “enemigo”, como hemos visto (está el tema además de los pleitos en el XIII por la ermita de Salas; San Pedro como templo siempre cristiano rivalizó con la catedral, antigua mezquita mayor hasta el 1096...). Ricardo del Arco realizó y publicó en 1953 un bonito aunque breve estudio, muy bien acompañado de fotografías, de la citada sillería.
Abajo: Capítulo del Ceremonial... de Novella establecido para el 15 de diciembre, día de San Úrbez.
No obstante, tampoco la seo y su cabildo pudieron sustraerse a la “potencia” de San Úrbez. La certeza nos la da uno de esos canónigos eruditos, sabios y trabajadores, de alto nivel intelectual: hablamos de Vicente Novella y Domínguez, autor de un magno “Ceremonial de la Santa Iglesia de Huesca” en cinco tomos, de más de seiscientas páginas cada uno, allá a finales del siglo XVIII, que se conserva manuscrito, y cuya fecha probable de fin de composición sería 1786. El título completo de la obra es “Ceremonial de la Santa Iglesia de Huesca, Dispuesto e Ilustrado con notas que indican su origen y expresan su variación, por el Doctor don Vicente de Novella y Domínguez, Bilbilitano, canónigo doctoral de dicha Santa Iglesia Oscense”. Esta obra no pasó inadvertida a Higinio Lasala, canónigo archivero de la catedral a primeros del siglo XX, que el 21/3/1915 publica en la revista Linajes de Aragón y dedica al obispo y al cabildo de la catedral de Huesca un índice de los cinco tomos de la obra del doctor Novella. Se deshace en halagos Lasala, y no es para menos. Citando a Latassa, dice del “Ceremonial...” de Novella que “...acaso no habrá en España un Ceremonial tan circunstanciado”, ya que era un hombre de pasmosa erudición religiosa en particular y sobre la historia de la ciudad y de Huesca en general (a pesar de ser bilbilitano); de hecho, en 1791 actúa sobre el degradado pozo de Nunilo y Alodia, adecentándolo, y renovando el frontispicio de piedra. Novella fue colegial de San Vicente y luego su rector (y por lo tanto adversario obligado del Colegio de Santiago, como se verá), y también de la Universidad.
En esta obra, para el 15 de diciembre ofrece Vicente Novella un capítulo titulado “Traslación del rezo de San Urbicio (Úrbez), cuyo día propio es el 15 de diciembre. Dase razón del modo con que antiguamente se solemnizaba y lo que ahora se hace en el dia de su rezo”. En este capítulo explica como se celebraba San Úrbez en la catedral el 15 de diciembre con rezo, hasta que en 1664 se trasladó al primer día libre siguiente, quedando sin día fijo, porque se comenzó a celebrar con Octava el oficio de la Inmaculada Concepción (y ocupaba por lo tanto el 15 de diciembre). “Desde entonces ya no tiene día fijo este santo, ni hay cosa alguna que prevenir en el día en el que se le reze”, afirma Novella.
Es uno de los pocos gestos de la catedral hacia el santo, pero no el único ni el más importante, como veremos."
Abajo: portada de la Catedral.
Es decir, en la Catedral se hacía rezo. También averiguamos que se hacía procesión de la Catedral a San Pedro no solamente el día del Santo (15 de diciembre) sino también otra procesión con el mismo recorrido haciéndola coincidir en tiempo y hora con la que se podía celebrar en San Úrbez de Nocito para pedir agua, veneración solicitada por alguna de las zonas de influencia del Santo y a cuya tercera veneración acudían "nuestros" romeros de Albella. Esto le sorprende al propio Novella, como anotábamos en "...a pies descalzos":
"La celebración a la vez, en el mismo momento, de la veneración de San Úrbez en Nocito y de la procesión desde la catedral a San Pedro en Huesca, no es casual. Nos escribe Novella en su Ceremonial, y con sorpresa por su parte al localizar el hecho (“ciertamente nos ha chocado que tambien el cabildo interviniese”, dice el canónigo) que en la veneración de San Úrbez por la sequía “...no interviniere el cabildo sino en un caso o necesidad urgentísima, la qual vista y precediendo su acuerdo, en el día que se venera en su hermita suele hacerse procesion general en Huesca y aún acudir a aquella [a la veneración en Nocito] un Prebendado, si bien esto sucede poquísimas veces...”. Es decir, que no solamente se celebraba procesión el mismo día, sino que se llegaba a enviar un prebendado o apoderado por el obispo a la ermita del monte Ayral. Esto en las veneraciones a San Úrbez, sin contar con procesión que de antiguo para el 15 de diciembre se realizaba desde la catedral a San Pedro." Del envío de un Prebendado de la catedral a la veneración en Nocito da fe Novella así, para el dos de abril de 1616: "se halla un ejemplar en nuestros libros el 2 de Abril de 1616, y damos copiada a la letra para que no se crea que aumentamos la cosa más mínima, es como sigue: “Fue resolucion que el dia que esta Ciudad y Valles mojasen las reliquias o Cuerpo del Bienaventurado S. Úrbez se haga por él mismo instante en esta Ciudad Procesión general llevando los Cuerpos de los santos Justo y Pastor y Reliquias de esta Santa Iglesia, que será miércoles primero viniente, y en esta moja fue y asistió el Doctor Maestre Escuela Pedro López el cual predicó y mojó al santo: quiera el Señor por su misericordia divina en darnos agua.”
Sin embargo, algo se nos escapaba en "...a pies descalzos", otro "rastro" del santo pastor en la catedral oscense.
Abajo: Ceremonial... de Novella.
Hoy en día pasa bastante desapercibido a no ser que alguien curioso repare en leer los paneles informativos que hay repartidos en las capillas y sitio de interés de la Catedral de Huesca. Cuando llegue a la capilla de Santa Lucia, verá que hay dos tapices, uno en cada muro lateral, en los que están presentados los santos más importantes y representativos de la diócesis oscense.
No faltan San Jorge (con las cuatro cabezas moras a sus pies), San Lorenzo, San Orencio, Santa Engracia, Nuestra Señora de Salas, Santas Nunilo y Alodia… y por supuesto San Úrbez y los santos niños Justo y Pastor a su lado. Está claro, de nuevo, la importancia de este santo en toda la provincia, pero para la ciudad de Huesca en particular, como poseedora de dos de las cuatro llaves que permitían el acceso al cuerpo Santo en el monasterio de Nocito (la de la capilla y una del arca).
Pero hagamos un poco de historia...
La pintura, porque realmente no es un tapiz, sino una “pintura sobre sargas”, pues así se llama la técnica utilizada, al pintar directamente sobre el entramado de hilo que forma el textil base, fue encargada por al Cabildo Catedral al hermano jesuita Fray Martín Coronas, oscense, en 1917, es decir, como quien dice, "ayer". En origen se ubicó en el muro que separan la nave central de las laterales, que “miran” hacia la cabecera de la propia Catedral. Cada una de las dos obras en cada uno de los muros.
Abajo: imagen parcial y detalle.
Hay un boceto de la figura de San Urbez, del autor, en otra dependencia del Museo Diocesano. Trazo exquisito y un dibujo finísimo. Del boceto era imposible obtener una buena foto.
Pero a finales de los años 60 y principios de los 70 del pasado siglo, durante la reestructuración del interior de la Catedral (cuando también se desmontó el coro de la nave central), se llevaron ambas obras a su ubicación actual. Las pinturas representan a los santos más relevantes con el fondo de la sierra de Guara, fiel a la realidad, donde podremos identificar cimas singulares como el pico del Águila, Salto de Roldán, Matapaños, Fragineto…pero la cima del tozal de Guara, curiosamente, queda tapada por la cabeza del caballo de San Jorge. También se puede observar la silueta de la propia Catedral e incluso la torre de San Lorenzo, como no podía ser de otra manera, junto a la imagen del propio santo Lorenzo. Es muy llamativa la representación de San Urbez, joven y apuesto, con los santos Justo y Pastor a su lado, pese a llevar la alforja donde según la tradición llevaba sus restos (y que se ve adornada por una curiosa cruz en blanco y rojo, de aspas engrosadas, que parece la cruz de San Jorge). La postura es dulce, pero a la vez imponente, pues con su cayado de pastor está sometiendo a una osa que a sus pies se posa, tal y como la tradición nos narra de su estancia en Nocito al final de su vida. Los cuadros podrían unirse por un extremo, quedando el que sale San Urbez a la izquierda de quien mira, y el otro a la derecha, de manera que el autor parece haber pintado personas reales (las caras son hasta familiares) sobre un fondo de la sierra y la ciudad que parece visto desde la ermita de San Jorge en Huesca. Aunque también se parece al panorama que se ve desde lo alto de la torre de la Catedral.
Merece una visita, que puede hacerse conjuntamente al museo Diocesano, y la visita con la subida a la magnífica torre de la catedral. Recomendable, sobre todo para aquellos que sepan ver el abismo de San Martín de la Val d´onsera, el tozal de Guara, con el valle de Nocito y San Urbez al “otro lado”…y terrenos muy unidos a nuestra historia como ciudad, nuestra idiosincrasia y cosmovisión como pueblo, y sobre todo a nuestros sentimientos como personas.
No podemos dejar de dar las gracias por su ayuda y disponibilidad a la Directora del museo Dña. Susana Villacampa Sanclemente. Muchas gracias por la formación y las facilidades a nuestra labor de investigación.
Invitamos a todos los interesados que se acerquen a Huesca a disfrutarlo personalmente...