Romería de San Úrbez de Albella
Un año más, en medio de un verdor y de un paisaje que no tiene igual, en un perfecto equilibrio entre invierno y verano, entre calor y frío, nos recibió el microclima del valle medio del Ara, para el sábado 19 de mayo pasado celebrar la romería de San Úrbez de Albella, a la que acudieron devotos de nuestro Santo Pastor de los pueblos comarcanos, singularmente de Albella y Planillo como pueblos anfitriones, y también de San Felices, Jánovas, Lacort, Javierre, Santolaria, Arresa, Ligüerre...
Este año tuvimos oficiante de lujo, ya que el Obispo de la Diócesis, el ejeano D. Ángel Pérez, nos acompañó en la romería, llevando el peso de la celebración; destacamos lo ameno de su sermón y la sencillez y cercanía de la cabeza de la diócesis; recordemos que la diócesis se re-edificó (ya que apela a la continuidad de la silla de San Ramón del antiguo obispado de Roda) en 1.571 por decisión de Felipe II, y se formó segregando trozos de las diócesis de Huesca y Lérida (cuyos Obispos eran hermanos).
Como siempre, procesión, misa al aire libre, caridad, pago de cuotas a la Cofradía, música, y la tradicional comida por casas, sin faltar la clásica tronada-pedregada a a hora de comer, pero respetó toda la larga tarde de baile amenizado por Superlópez.
Destacamos el bonito detalle que la Cofradía de Albella entregó a los asistentes, consistentes en un marco de madera con una foto de San Úrbez -la talla procedente de la parroquial-; como siempre, Sonia de Cebollero con un trabajo continuo y discreto.
Todo fue posible por el trabajo desinteresado no solo el día de la romería, también los anteriores, de vecinos y amigos que montaron barras, escenarios, y repasaron y adecentaron la calle por la que ha de transitar la procesión. Aunque poco embellecimiento admite ese lugar....
Abajo: el Obispo D. Ángel Pérez con el mosén D. José Alejo.
Abajo: camino de la ermita, nos recibe la parroquial, arruinada, la torre con las campanas bandiando, arreglada, y el solitario crucero.
Abajo: bonita panorámica de la bajada a la ermita detrás de lo que era casa Latre.
Abajo: cruzando el campo Ayneto, con las montañas al fondo: Nabaín, Peña Montañesa, y sierra Ferrera. Las banderas y pendones "rojean" al fondo.
Abajo: perspectiva de la ermita.
Abajo: abajo entre los tozales de San Quílez y Sustiérrez, apenas se vislumbra Albella entre el verdor en plena explosión.
Abajo: los devotos seguimos atentamente la homilía del cabeza de la Diócesis.
Hasta pronto...