28.02.2015 22:39
Arriba: frío y muerte.
A la vez que disfrutamos de nuestra maravillosa sierra de Guara, cumplimos el calendario preparatorio para la San Urbeciana 2015.
En este caso, hemos realizado tres excursiones varios componentes de Arialla, en esta última semana, siempre por las tierras donde es imposible separar la vida tradicional de los habitantes de estas sierras de su devoción tácita o expresa hacia la figura de San Úrbez. "Guara" y "Úrbez" están indisolublemente unidas.
Por un lado, hemos salido del Salto de Roldán hacia el dolmen de la Piatra, y de aquí por un terreno intensamente antropizado al principio y alterado después (por las obras de las dos presas de Belsué y Zienfuens) remontamos el Flumen hasta las dos citadas presas, donde remontamos por escaleras hasta el refugio de Peña Guara y de aquí por la conocida pista de vuelta al Salto de Roldán.
Por otro lado, también por tierras del Flumen, subimos a Gabardiella, sorprendente cima, no muy visitada aunque empieza a ser más conocida. Subimos por la caseta de distrito forestal en fuerte y recta subida, a la vista de Lúsera continuamente, y bajamos por el amplio collado de Paúles y la presa de Belsué, tras recorrer la amplísima cresta hasta Gabardiella, faro de todo Guara occidental.
Y por otro, en un día con bastante nieve y ventisca, subimos desde Bentué de Nocito a Abellada, y vuelta por el camino (perdido, hay que saberlo) a Used por O Conellar. Preciosas estampas e intensa sensación de soledad, mejor dicho, desolación. Desde "La montaña Olvidada. Despoblados del Alto Alcanadre", la ruina ha avanzado muchísimo. Parece mentira que hace pocos años se pudiera almorzar tranquilamente en casa Otín o en casa Lardiés, viendo hoy su estado, especialmente el de Lardiés.
Pasemos ahora a los testigos fotográficos.
Arriba: Abellada desde el perdido camino a Used (pulsa para ampliar).
Salto Roldán-Piatra-presa Belsué-Salto Roldán
Abajo: Víctor Nasarre y Alfredo Ortas en el dolmen.
Abajo: detalle de la gran losa.
Abajo: imagen de primavera, impresiona O Saltadero con el Pico del Mediodía al fondo (pulsa para ampliar).
Hace exactamente diez años tomábamos estas imágenes de una preciosa caseta en la orográfica derecha del Flumen, hoy espaldada:
La primera, se podría titular mar de losas, minifundismo pétreo.
La segunda permite apreciar la construcción típica del entramado: estructura de pino, sobre ella ramaje habitualmente de boj, sobre el que se asentaba el "buro" mezclado con paja, que a su vez servía de cama a la pesada losa.
Abajo: caseta de la luz entre la presa de Belsué y de Zienfuens (fotos de hace años). En el pueblo que se creó bajo la presa de Belsué vivieron los que aquí trabajaron. Una auténtica comunidad humana volcada con la obra. Recomendamos el libro de Miguel Ortega Martínez "La Senda entre el boj". Como se puede ver, la casa de la luz aún conservaba restos interesantes, quizá merecedores de mejor destino.
Abajo: presa de Zienfuens.
Abajo: subiendo hacia el refugio, dejando a un lado la boca de la cueva de la Ártica.
Abajo: ascendiendo la ladera nevada. A mano derecha, a unos metros fuera de la pista, la entrada a la sima de Esteban Felipe.
Abajo: despunta el Salto Roldán.
Abajo: tajo del Flumen en los conglomerados y calizas.
Presa de Belsué-Collado de Paúles-Cresta de Gabardiella-Gabardiella-Caseta distrito forestal-Presa de Belsué
Abajo: puente de Lúsera en una de las colas del pantano de Belsué, con aquel pueblo al fondo en su característico sarrato.
Abajo: vista de Lúsera desde la subida, hace diez años, cuando su rehabitación parcial solamente había empezado.
Abajo: refugio forestal, fotografías de hace años. Interesaría su restauración, está cerca de la pista y con muy poco dinero (y bastante trabajo) se arreglaría, para facilitar la pernocta. No se arregla. ¿Excusas, razones...?
Abajo: aún en los pacos la nieve aguantaba, ayudada por el viento que había contribuído a acumularla.
Abajo: cresta eterna de Gabardiella.
Abajo: apurando el vino (Víctor y Óscar) en la cima.
Abajo: bonita vista del valle de Belsué, con la cicatriz de la pista del Salto Roldán que lleva al refugio, los acantilados de Zienfuens, y la peña del Águila, que desde aquí parece pequeña...
Abajo: acantilados de Zienfuens desde la bajada al Flumen por el collado Paúles.
Abajo: paso del camino por las enormes y sacrificadas obras que los pantanos de Belsué y Zienfuens implicaron.
Sobre la nieve de Abellada
Abajo: arruinado templo de Bentué de Nocito.
Abajo: viejas piedras apenas se sostienen. Bentué.
Abajo: viejo camino enrollado que unía y une Bentué con Abellada, pudiendo de allí pasar a la zona de Secorún y el viejo Sarrablo.
Abajo: barranco de Abellada, pasaderas para el salto del barranco.
Abajo: todo el camino discurre por un paisaje intensamente antropizado. Destaca especialmente el entorno una vez cruzamos el barranco por primera vez, donde se sucede un mundo de badinas, tosqueras, fajas, sendetas... todo ello organizado y "colocado" por el hombre antiguo y mantenido por nuestros padres y abuelos. La arquitectura del agua, como veremos, tiene un excelente ejemplo en este barranco, dominado en parte por la mano del hombre.
Revuelta del camino, cuyo enrollado se ha perdido parcialmente.
Abajo: badina.
Abajo: badina. Al fondo, vemos como la surgencia de arenisca es aprovechada como acceso a los huertos de la otra orilla, tallando escalones en la manejable piedra de arena.
Abajo: detalle de lo dicho en la foto anterior, lazada que da la senda, aprovechando la arenisca. Talle de los escalones, y muro de protección.
Abajo: bajada a los huertos de la orográfica derecha.
Abajo: el famoso molino de Abellada, muy visitado y muy deteriorado. Vista exterior.
Abajo: cárcavo.
Abajo: entrada, llena de cruces, símbolos protectores muy frecuentes en los molinos, por su importantísimo papel en la alimentación animal y humana.
Abajo: detalle de algunas cruces.
Abajo: nieve, piedra y hierro.
Abajo: arquitectura del agua. Encauzamiento del barranco y estabilización de tierra de labor.
Abajo: arquitectura del agua. Detalle de paramento.
Abajo: camino entre Abellada y el molino..., ¡cuántos pasos y cascos no habrán soportado estas viejas piedras...!
Abajo: calle principal de Abellada, en su salida hacia la pardina de Latorre y la pardina Bail. Casas: izquierda, Lardiés, de frente, Otín.
Abajo: la ruina de la iglesa es más estable. El uso de la tosca tanto en óculos, ventanas..., como en la propia pared (segunda foto) habla de la abundancia de este material en el pueblo.
Abajo: increíble el estado de casa Lardiés.
Abajo: no hace tanto, hace diez años, aún se podía apreciar el fogaril y la sala, con el clásico azulete altoaragonés:
Abajo: casa Otín. Sus ruinas acogieron el almuerzo, ya que al exterior, con ventisca, la temperatura era inferior a cero grados.
Abajo: en el lienzo este de casa Otín se advierte perfectamente la transformación de una torre fuerte, seguramente con puerta en altura, recreciéndola horizontalmente y transformándola en una vivienda más grande, al dejar atrás el azaroso siglo XVI.
Abajo: eras y bordas en la parte norte del pueblo, con la luz quemada por la ventisca que llega. Por encima de estas bordas, cruzando los campos de Soprevilla, pasaban los romeros de Albella, que venían de Secorún y por la Pardina de Latorre iban hasta el Santuario de San Úrbez, sin entrar en el pueblo. Las gentes se acercaban a verlos pasar.
Abajo: pulse para ampliar.
Abajo: detalle de borda y apoyo constructivo. Arco de tosca.
Abajo: Abellada se conecta con Used por un precioso camino (por "O Conellar"), que debería, al igual que lo ha sido el de Bentué a la Pardina de Latorre, ser limpiado. A ratos transcurre entre preciosos muros. Dejamos dos fotos como testimonio.
Abajo: camino de Abellada a Used. Pulse para ampliar.
Además, Óscar hizo el domingo 22 de febrero de guía en una bonita excursión conjunta de los clubes de montaña de Aínsa, Boltaña y Graus, a Santa Marina de Bagüeste:
Abajo: foto cortesía de José María Lafuerza, subiendo de Bagüeste hacia el tozal y ermita de Santa Marina.
Hasta otra, amigos.