Entregamos "...a pies descalzos" a Monseñor Alfonso Milián

02.02.2014 23:12

HAGAMOS ALGO DE HISTORIA ANTIGUA...

Estamos en 1571. Felipe II consigue algo largamente perseguido: la erección del Obispado de Barbastro, a costa del de Huesca y del de Lérida, básicamente (Pedro  Antonio Agustín, hermanos), y también de los abadiados de Montearagón, San Juan de la Peña y San Victorián. Un largo juego y proceso finaliza arrancando al papado este nuevo obispado, algo importante ya que el Rey Prudente, probablemente el gobernante más trabajador y con más responsabilidad de la historia de España, estaba muy preocupado por las heterodoxias religiosas que venían de Francia, y perseguía hacer las diócesis más pequeñas para así garantizar mayor y mejor presencia de la Iglesia en el territorio. Algo necesario: Juan Pérez de Artieda, enviado especial por Felipe II al terreno, decía en 1566 de la parte de Aragón que pertenecía a Lérida que es una zona "...adonde los obispos por la aspereza de la tierra suben tan pocas veces que hay testigos que en los tiempos de los que oy viven no hay memoria que haya subido el propio obispo a visitar la val de Venasque o Gistaín”.

Abajo, cueva-ermita de Sastral el día de la romería.

Esto supone un hecho de trascendencia indirecta para nuestro Úrbez, ya que básicamente la devoción de San Úrbez en nuestras montañas se divide a partir de ese momento entre tres obispados: Jaca (zona de Serrablo), Huesca (zona de Nocito) y Barbastro (zonas de Sastral, valle de Vió, Albella con la ribera de Fiscal y Solana, valle de Rodellar...). Desde entonces templos del Santo como la cueva-ermita de Añisclo, la de Albella, la preciosa ermita de Troncedo... pertenecen al Obispado de Barbastro, que se sentía heredero de la silla de San Ramón de Roda.

...Y TAMBIÉN MODERNA.

Pasaron los siglos, y en la pasada guerra civil, crímenes horrorosos que no queremos recordar acabaron con la mayor parte de los párrocos de esta diócesis, siendo porcentualmente a su clero la más masacrada de toda España, con datos objetivos en la mano.

Ya en los sesenta, el Obispo Jaime Flores destacó como "urbeciano" de primera fila: realizó visita a Nocito delegado por el de Huesca Lino Rodrigo, y pasó por la cueva de Cerésola, perteneciente al obispado de Jaca. También visitó la ermita de Sastral y estuvo en la suelta en los planos de Tripals, donde se llegó a diseñar una capilla con las imágenes del Buen Pastor, de la Virgen, y de San Úrbez, aunque no se llegó a contruir. 

HOY DOS DE FEBRERO...

Por iniciativa de uno de los nuestros, Inazier, al que nunca podremos agradecer todo lo que hace, Óscar Ballarín entrega personalmente a Monseñor Alfonso Milián Sorribas un ejemplar de "...a pies descalzos. Los romeros de Albella y su camino en honor a San Úrbez".

Que el culto a San Úrbez no sea olvidado por los responsables de la diócesis, porque si no lo olvidan no olvidarán tampoco las tierras duras y ásperas donde el respeto y admiración al Santo germinó y fraguó con fuerza.