23.06.2015 23:06

De Enrique Satué Oliván ya hemos hablado en esta web en otras ocasiones. Basta decir que de alguna manera lo consideramos nuestro "maestro" espiritual ya que sus estudios en los ochenta sobre la religiosidad popular del Altoaragón central, especialmente los centrados en la figura de "nuestro" Úrbez, nos condujeron a los libros publicados y al proyecto que enmarca esta web, contando con él como un honor para el prólogo de "...a pies descalzos". Pensamos que Enrique ya intuyó la enorme carga que el santo pastor San Úrbez tenía tras él y las posibilidades que un estudio más a fondo ofrecía. 

Tambien es maestro su profesión, y su pasión, a la que ha dedicado su trabajo y en gran parte su ocio, como estudioso de la escuela en el Altoaragón, pasión plasmada en numerosas publicaciones sobre el tema.

Recientemente la web del SIPCA (Servicio de Información de Patrimonio Cultural de Aragón) ha tenido a bien, obviamente de acuerdo con su autor, incluir algunos de los trabajos de Enrique.

Religiosidad Popular y Romerías en el Pirineo

Por un lado, han indexado en pdf descargable el libro de Enrique editado en 1991 por parte de la DPH y el IEA, cuya base fue la tesis doctoral trabajada durante años por Enrique. Como decimos, la lectura una y otra vez de las perlas sobre San Úrbez y su tradición oral desgranadas en esta obra fue la que nos condujo a emprender un camino urbeciano en todos los sentidos.

Para bajártelo, puedes acceder a la web del SIPCA y buscarlo en la parte de abajo de la página, o descargártelo de nuestro disco duro virtual pulsando sobre la imagen inferior. Aunque la calidad de escaneo no es muy buena, para aquel que tenga curiosidad podrá satisfacerla, ya que además no es una obra que se encuentre fácilmente en la actualidad.

Abajo, imagen de la portada.

La tradición oral en directo

Durante el estudio citado arriba, Enrique registró numerosas grabaciones a las personas informantes, desaparecidas ya por el peso del tiempo en su inmensa mayoría. Cualquiera que tenga curiosidad de escuchar esas palabras de aquellos informantes, podrá satisfacerla. Algunos informantes, sin desmerecer a otros, son importantes, como el caso de Úrbez Aineto Felices, de casa Aineto de Albella que cumplió la tradición llamando Úrbez a su hijo, Úrbez Aineto Quiñonero.

A continuación replicamos la web del SIPCA solamente en lo que concierne a San Úrbez. Recomendamos también al interesado que la visite pulsando aquí, ya que aparecen numerosas grabaciones de otros santuarios y ermitas del Serrablo histórico (San Juan de Abenilla, la Virgen de Los Palacios de Matidero, y por supuesto la más numerosa: Santa Orosia).

Aparecerá en primer lugar el tema, el informante, la fecha de la entrevista, el enlace para oir la grabación (que remite a la web del SIPCA, donde hay que pulsar abajo a la derecha), y la transcripción de ésta, que recomendamos seguir mientras se escucha la voz (transcripción que también se encuentra en la propia web del SIPCA). 

La belleza de los textos en general se comenta por sí sola. Solamente comentaremos algún aspecto que necesite aclaración, en letra roja. 

 

Tema: Los romeros de San Úrbez de Albella

Informante: Aineto Felices, Úrbez (Albella). (01/01/1986)

Enlace para oir la grabación (pulsa aquí).

"Daban misa en la ermita y partían de aquí. Tomaban la comunión en la ermita y marchaban. Y pasaban por Villamana, después [Cambul], después Viu, a caer a Yeba, después Viu y después Alastruey (no dice esta palabra) de Sastral.

Y al regreso, pues al revés, venían por Viu, por Yeba, por Cambul, Villamana y a parar a la ermita San Úrbez.

Iban pues a pie, descalzos, de la rodilla p’abajo sin nada. Con un hábito, una gallata y una mochila, digamos. Y la cabeza descubierta. Y en Viu entraban por una puerta y salían por otra, de la casa.

[Donde estuvo San Úrbez].

Y en Arbella salían los romeros vestidos de mi casa, de casa Allué. O sea casa […].

Y cuando salían de Nocito pues la misma operación. Tomaban la comunión en la ermita de San Úrbez y marchaban por Planillo a Laguarta. Después ahí yo no sé si pasaban por Secorún, por la Sierra de Secorún pasaban, ahora por el pueblo no sé si pasaban. Y a Nocito. La pardina Torre, eso yo ya no sé decir si han entrao u no han entrao. Y a Nocito. Y allí celebraban misa que creo, yo tengo oído decir que no podían abrir la ermita si no tenían tres llaves. Una estaba en Huesca, otra estaba en Laguarta y la otra Bespén o Angüés, un pueblo de esos.

[¿Del Somontano?]

Del Somontano. Y hacían noche allí. Y al día siguiente celebraban misa y partían de allí por el mismo sitio a dormir a casa de Don José Laguarta. Y allí cenaban y allí dormían. Y al día siguiente salían de Laguarta […] No podían… porque los romeros tenían que ir a una distancia de diez o quince pasos y no podían hablar nada el uno del otro. La única cosa el de atrás, el que iba detrás, si se alcontraba mal o algo, una pequeña piedra la cogía y se la tiraba a l’aotro. Para avisá-le que se encontraba mal, pero hablar no podían hablar."

 Descripción de los romeros de Albella que peregrinaron hasta 1942 a San Úrbez de Nocito para pedir lluvia.  Testimonio Candelaria Lapena Arasanz, nacida en Laguarta en 1904 y Grabación 1986.

"Y cuando piden agua, piden agua los de Angüés esos ya, eso ya es una comarca, y cuando piden agua tienen que decir nueve misas. Y después si no llueve vuelven a hacer otra romería de petición. Y al mejor, que  han dao casos que han venido los romeros. Uno de casa Úrbez de Arbella. Ese era obligao, y el otro voluntario del pueblo de Albella, que ya lo pone bien en ese libro si lo ha tenido en as manos.

 Iban a [Sastral] y después no sé si volvían que hacían noche en Sastral. Eso ya…

 Venían por Laguarta y en Lagarta no sé si hacían noche. Me parece que sí (de ida no es así al menos de modo general, sí de vuelta). Salían de Sastral, sería así, y a dormir a Laguarta.

 [¿En qué casa?]

 Don José de Laguarta, sí.

 Tenían que dormir en la iglesia y muy separaos el uno de la otro. Aunque se hubieran perdidos ellos no se podían recoger. Descalzos y con los capotes y todo eso.

 Ellos ya van a la iglesia, salíamos en procesión a recibí-los y se quedaban uno a cada lao de altar. Y no podían ni hablar ni nada. Y ya ese día, ya salían a San Úrbez y otra vez, salían de aquí arriba, desde Laguarta y allí celebraban misa y la procesión y todo. Y los acompañaban hasta la cruz, en procesión.

 Y después, ahora no sé si estará aquella cruz. Aún debe estar. Otra vez por Latorre. En Latorre, una torre que le llaman Latorre tienen una iglesieta y allí hacían una oración. Entraban, una oración y desde allí a Secorún. En Secorún también los recibían en procesión a la iglesia. Allí rezaban un poco y luego ya iban tirando, uno delante, otro detrás, y a Laguarta.

Y ese día me parece que se quedaban otra vez en Laguarta."

Descripción del ambiente romero en las peticiones de agua a San Úrbez a comienzos de siglo. Testimonio de José Otín Otín, nacido en Artosilla, en 1907.

"Pues mira las veneraciones de más importancia, de las que yo he conocido, eran cuando la pedían los de… Se montan, particularmente, de Arbués (es una confusión, querría decir Angüés) y de muchos otros pueblos de alrededor. Y subían que daba pena. Con burricallos de poca estatura, mal arreglaos, con mala ropa, hechos unos… en fin, como [misela]. Pasaban hambre, pasaban necesidad porque iban descalzos y con mala ropa. Y aquella gente no hacían más que lamentar y pedir que “Dios mío nos asista…” tenían un modo de vida…

[¿Venían mujeres descalzas?]

Venían hasta algunas descalzas. Lo que no sé si subían descalzas desde abajo o entraban descalzas allí. Que esa vez que yo digo en vi algunas.

[¿Usted en que año lo vería esto?]

Pues no me acuerdo si era por allá por el 10 o el 12 u 15. No lo sé."

Descripción del cuerpo de San Úrbez que era venerado en las rogativas de agua en el Santuario de Nocito y que fue quemado en la guerra civil.

Testimonio José Otín Otín, nacido en 1907 en Artosilla.

"Que antes estaba en el arca y lo abrían cuando llegaban las tres llaves que eran las que había en Huesca, otra en Nocito y otra en Laguarta. Una vez que abrían las llaves, lo sacaban. Y lo pasaban para sacarlo a adorar. Y se adoraba en una rodilla. Y había un espejo, que aún decían que una señora una vez, le había dao un mueso y se iba llevao un poco de carne. Y para que no ocurriera eso le pusón un espejo. O sea, un cristal delante.

Y una vez que se adoraba lo volvían a recoger y lo cosían. Que estaba en una mortaja, y lo volvían a coser. Lo descosían desde la cara hasta el pecho. Se le veía el pelo completamente gris. Todo así replegao y la barba cerrada y con poco pelo caído de la cabeza.

[Pero lo sacaban solo en situaciones de…]

Cuando venían los romeros de Arbella, si no, no salía. Para estas veneraciones de aquí, no.

[O sea, cuando la veneración era muy grande que hacía falta mucha agua, ¿no?]

Sí. Cuando subían los de la comarca de Angüés. Y venían los romeros de Arbella. Y esos señores venían desde Arbella porque aquí tenían que decir una  misa, se reunían antes, decían una misa en Arbella y al otro día salían. Los pedían voluntarios, si querían. A comer a casa de Don José Laguarta, Villacampa. Dispués por a Aineto, a dormir al santuario. Les esperaba el prior, decía un responso y estaban toda la noche en el altar haciendo penitencia. Al otrol día llegaba todo el pueblo, general, a hacer las veneraciones y dispués ya se deshacía todo y ya se marchaban después. Y ya cada cual a su sitio. Y esos señores venían como con un ropón viejo y un palo con una cruz, andando. Y tenían que ir a doce pasos de distancia porque no los dejaban juntar. Y sin hablar palabra, decían.

Esa era la costumbre que tenían antonces."

 Las huellas de santos que señala la tradición a lo largo de Serrablo constituyeron un eficaz método pedagógico en la religiosidad popular. Vía Santa de San Úrbez a orillas del Alcanadre entre Laguarta y Matidero.

 Informante Victoriano Allué Campo, nacido en Matidero en 1925.  Grabación 1985

"Cuéntale eso de San Úrbez que pasó por la finca de ese de Losfablos. Que pasó y se enfadó mucho el amo, porque dice que ¿por qué pasaba por un campo? Explícaselo tú.

 [Victorino]: No. Espera.  Es que este iba en busca de San Bertolomé.

 Esa ermita esta entre la güega de Laguarta y Matidero, está la ermita esa. [Victorino]: Y había un señor que estaba sembrando en el campo. Y pasa por medio del campo. Y dice: “¿Qué cosa que vienes por medio el campo?” –le dijo. “Es que voy en busca de fulano”. Dice: “Pues por ahí riba está.” “Ah. Pues voy a verlo. No te preocupes ni te enfades porque haya pasao porque por donde pasé yo habrá más cosecha”. Y ya lo dejaron así, sin más.

 Dice todas la huellas que dejó con la suela […]. ¿Quiere creer que hace, qué se yo de años, el año que estaba de trigo donde el sendero que él pasó marca dos palmos más? Y luego se dice que no hay nada. ¡Qué hay un algo!

 [Victorino]: Y la hierba y todo es más grande. Y los pasos se notan.

 Donde que él puso la sandalia, la suela, allí se conoce… Que se te ponía carne gallina de donde él ponía los pasos, ese sendero, los pasos era así.

[Victorino]: Lo hemos labrao todo, aquel campo lo hemos labrao, al año siguiente los pasos igual."

Impresionante y precioso testimonio de la "Via Recta o Santa de San Úrbez", con una ubicación inédita, ya que las informaciones recogidas por estos autores la sitúan en Laguarta, en el campo A Nucaraza, de casa Pablo. En un fenómeno frecuente, también en Matidero "replicaban" el milagro, ubicándolo bajo San Bartolomé, lugar por el que pasó Úrbez y donde oró, localizado por estos autores pegado al Alcanadre y en la güega histórica entre Matidero y Laguarta.

Descripción de los ritos que se practicaban a comienzos de siglo en las veneraciones a San Úrbez en petición de agua.

Testimonio Serafín Javierre Cebollero, último santero de San Úrbez, nacido en Rodellar en 1903. Grabación 1985.

"Cuando había una sequía se pedía agua y se iban todas las valles.

[¿Las tres?]

Las tres valles y todo el Somontano. Angüés y todos esos pueblos, se iba con mucha devoción y mucho…

[Perdone un  momento, o sea ¿cada valle tenía un día para subir de romería pero el Somontano solo subía para las veneraciones?]

Para las veneraciones. Se pedía agua con mucha, mucha fe. Se tenía mucha fe."

"Algunas veces llegabas allí y estaba sereno que no se veía una boira y cuando salías de misa ya tenías que ir con paraguas por ahí porque ya estaba lloviendo a to llover. Incluso, algunas veces hasta no poder llegar a casa. Precisamente los de abajo, de Bierge y por ahí, algunas veces se tuvieron que quedar a mitá camino por mucho llover, por no poder llegar al pueblo."

"Cuando la misa lo sacaban allí a la puerta, lo destapaban. Aquel día se veía muy bien todo. Natural, completamente natural.

Y se pasaba, se ofrecía y después se dicía la misa y se llevaba en procesión. Una procesión bastante larga por todos los campos alrededor hasta entrar otra vez… se daba vuelta, hasta volver otra vez a la iglesia.

[¿Cómo se veía la reliquia del santo?]

Pues la reliquia del santo pues bien, como una cualquiera. Como la llevaban en peaina. Oye, una procesión muy larga. Había veces que cuando se salía los últimos de la iglesia ya entraban los primeros por la otra puerta. Había mucha concurrencia. Algunas veces mucha, mucha, mucha, mucha. Todo lo que se diga es poco.

[Para abrir el arca había tres llaves ¿no?]

Sí. Había… mientras no llegaban as tres valles no podían abrir el arca. La una estaba en Rodellar, la otra en Serrablo, en Laguarta, y otra en Nocito.

[La de Laguarta la tendría…]

Don José de Laguarta. Los tres alcaldes. Cada alcalde de cada distrito."

"Cuando se pedía una veneración que había sequía, se pedía veneración al cura de Nocito que era él el jefe de todo. Y a las dos veneraciones pues venían los romeros. Si no llovía antes venían los romeros de Arbella. Que esos romeros en cuanto se pedía la veneración, esos romeros iban a una cueva que había estao San Úrbez de antes y allí hacían sus rezos y se quedaban allí una noche rezando. Y al otro día regresaban a casa. Y cuando ya venía veneración pues salía de Arbella y se quedaban en Laguarta. No. Iban a parar primero a Laguarta, y de Laguarta venían a San Úrbez. Y en San Úrbez se quedaban aquella noche haciendo sus rezos y al otrol día t’ajuntabas allí todas las valles. Y cuando se terminaba toda la romería ya de todo pues ellos iban otra vez al pueblo. Pero iban solos ellos. No hablaban con nadie.

[¿Cómo iban vestidos?]

Pues iban vestidos de romeros, iban vestidos. Llevaban su gallata, su morral, su… como pastores. Igual.

[Y un ropón.]

Un sayo. O como un abrigo. Sayo.

[¿De qué color? Pardo, ¿no?]

Sí. Iban vestidos de esa manera."

Recorridos y cuestaciones del último santero de San Úrbez que ejerció esta actividad hasta 1963. Extracción social, Serafín Javierre Cebollero, nacido en Rodellar en 1903. Grabación 1985.

"Pues ese año ya se había ido mucha gente.

[El 63].

63. Y se recogió muy poco. Fue el último año que recogimos porque ya… después ya bajemos, no más que lleguemos al pueblo ya estuve poco en el pueblo que nos bajemos a este pueblo… Bajemos a vivir a Callén.

Te daban muy poco. Te daban una jicareta en cada casa y antes que recogías una cantidad pequeña pues te costaba mucho. Mia en Angüés un día entero costaba de recoger todo ahí.

[¿Pero le ayudaba el alguacil?]

Me aduyaba el alguacil si no era con el alguacil no hubieras podido atar cabos allí. Como había tantas casas.

[También había alguna casa que daba bastante, ¿no?]

Pues el León, León de Angüés.

[Y en Bierge también, ¿no?]

En Bierge también. Claro, es que en la montaña como que era ya de muchos años esto de San Úrbez que tenían mucha fe pues la gente se animaba más a dar que no abajo en el Somontano.

Pues la recogía con una aceitera y así que se llevaba la aceitera la vaciaba en el botico donde paraba en la casa. Pero era muy costoso y muy trabajoso pa lo poco que se recogía. Valía poco la pena, pero… como era así, pues había que continuar de esa manera.

Pues en la montaña como que era una cosa ya que tenían mucha fe en el santuario, pues había casas que daban dos cuartales, otros uno, que lo tenían ya designao de antes. Y había algunas que hasta daban una fanega. Y así todos.

[Y también tenía designado en que casa se debía de quedar].

Había una casa en cada pueblo.

[Porque eso lo había acordao antiguamente ¿quién?]

Eso lo había acordao la junta.

[Los alcaldes de los tres]

Los alcaldes de las tres valles.

[Qué eran…]

Valle Serrablo, valle Nocito y valle Rodellar.

Es que claro llegabas a las casas y antes que… en algunas no estaban las dueñas, llamaban a los maridos pa dar la limosna que daban. Te hacían perder mucho tiempo.

[Subían con la capilleta].

La subían a los pisos también, para adorar. Y daban, algunos, daban limosna. En la misma caja echaban algunas monedas. Pocos. Poco se recogía.

[¿Y qué solían rezar?]

Hola, cada uno lo que quería a San Úrbez, al santo. Tenían mucha fe. Precisamente en estas tres valles había mucha fe a San Úrbez, mucha.

[¿Más que en el Somontano?]

Más, más.

[¿Y recuerda usted alguna pequeña anécdota, algún pequeño problema que haya tenido alguna vez?]

Ninguno, si no fue un día con un señor subiendo allí a Ceresola. Aquel día sí, aquel día me hizo pasar un poco de miedo. Se puso algo fuerte, algo farruco y me trató bastante mal. Pero yo, como eso, no le contesté a nada y siguió él la ruta y yo la mía y pasó así, no pasó nada más.

Como teníamos tan pocos recursos de eso pues, además, de la de San Úrbez me dedicaba a hacer carbón. Hicimos bastantes hornos allí en el monte.

[¿Cómo se llamaba su casa en Rodellar?]

Casa Manuel.

[¿Y la hacienda qué daba? Trigo, ordio…]

Poco, poco, poco. Sí.

[Y aceite, ¿no?]

Poco, de todo poco. Muy poco.

[¿Y el carbón hacia dónde lo comercializaban?]

Pues el carbón lo compraba Ferrer de Bierge. Y uno de Barbastro. Un almacenista de Barbastro tamibén. De todo.

[También me ha contado que lo que le pagaban por recoger la limosna de San Úrbez que era una cantidad muy pequeña].

Pues de recoger de San Úrbez muy poco. 500 pesetas hacer todos esos recorridos… Era muy poco, vamos pero… como todo iba tan escaso y tan mal pues con eso te ibas remediando de alguna cosa.

[Pero esa cantidad fue la misma desde el 39 hasta que acabó, ¿no? en el 63].

Sí, sí."