Casa Allué de Albella: del Támesis al Ara
Casa Allué de Albella fue adquirido por un matrimonio inglés en 2007, Lucy y Simon, quienes viven en el pueblo y animan sus pétreas calles con su presencia y la de sus hijas Penny y Sophie. Personas cultas e interesadas en la naturaleza y la huella del hombre en la misma, en los caminos y su mantenimiento, en la difusión de nuestros libros, nos proporcionan alojamiento desde que transformaron parte de Casa Albella en una excelente casa de turismo rural.
Abajo, bajo el pasaje de casa Cebollero, las dos puertas de la derecha son hoy los accesos a casa Allué.
Siempre nos creó curiosidad qué lleva a un joven matrimonio a cambiar radicalmente de vida y emprender una nueva para ellos y sus hijas nada más y nada menos que por estas castigadas tierras de San Úrbez.
Ahí va una extensa entrevista que les hemos hecho, esperemos que os guste.
Arialla. ¿Quiénes sois y por qué Albella?
Casa Allué. Somos Simon y Lucy. Soy (Lucy) de Londres y Simón de la ciudad de York en el norte de Inglaterra. Hace muchos años me mudé a York por trabajo y conocí a Simon por clases de Salsa y otros bailes. Además del baile, compartimos otras pasiones como la naturaleza, la fauna, senderismo y BTT.
Licenciada en Ingeniería de Alimentos, tuve la oportunidad de viajar y vivir en varios países, trabajando en empresas multinacionales para inventar nuevos productos incluyendo galletas, alimentos deportivos, ¡y chocolates! Me encantó el trabajo, aprendí nuevas idiomas, conocí nuevas culturas y tuve experiencias inolvidables. Pero llegó un momento en el que paré de desarrollar mi lado creativo. Me cansé de todas las gestiones de sistemas, justificaciones y administraciones que exige una empresa grande. Tenía ganas de hacer otra cosa. Vi otra oportunidad, otro desafío, y me lancé a ello con Simón.
Abajo, tras la entrada, preciosa recepción.
Simon tiene licenciatura de empresariales y trabajó veinte años de director gerente en su negocio familiar en Inglaterra. Ya había hecho crecer bastante el negocio. Llegó a un punto de cruce en su vida y tomó la decisión de dejar a su hermano llevar la empresa. Así pudo realizar un sueño que tenía de empezar un nuevo negocio en un entorno que le apasiona, la naturaleza.
Nos casamos en Suiza donde yo estaba viviendo, ¡al lado del lago Leman, un sitio idílico! Después, Simón siguió trabajando y viviendo en Inglaterra y solamente consiguió mudarse a Suiza justo dos semanas antes del nacimiento de nuestra hija, Penélope. ¡Menos mal que ella llegó con diez días de retraso!
Tuvimos ya nuestro plan de vivir en las montañas y montar el nuevo negocio. ¿Pero dónde? Los Alpes son súper bonitos pero ya es un sitio bastante desarrollado y bastante caro. Simon siempre tenía la idea de ir a los Pirineos. Nunca habíamos estado pero buscábamos algo más virgen y salvaje, y al mismo tiempo, dentro de Europa occidental, para no estar tan lejos de nuestros padres, en Inglaterra. Venimos a los Pirineos la primera vez en la primavera de 2005. Con el poco conocimiento de español que tenía Simon. consiguió desde Inglaterra, organizar alojamiento y rutas en BTT desde los Riglos hasta Fiscal. Hicimos la ruta Fiscal a Jánovas, pasando por Albella, sin darnos cuenta que unos años después nos quedaríamos aquí para vivir. Cogimos a Penny, con apenas tres meses e hicimos nuestros viajes de conocimiento de los Pirineos, del este al oeste tanto en Francia como en España.
Buscábamos el “wow factor” es decir un paisaje impresionante, que llama la atención. Después de muchos viajes, conocimos al valle de Ara, con la entrada dramática a Torla en su alto y sus montañas verdes y más suaves más abajo en la ribera de Fiscal. Nos gustó la clima en la valle, el equilibrio perfecto entre un clima semi mediterráneo sin tener demasiado calor y el clima atlántico normalmente aportando lluvia suficiente para mantener el valle verde sin ser demasiado.
Vinisteis ya con la idea de hacer un alojamiento, o surgió una vez que ya estábais viviendo aquí.
Escogimos Albella porque teníamos ya la idea de hacer alojamiento en un sitio tranquilo y Casa Allué y su terreno tenía el tamaño que buscábamos.
Arialla. ¿Qué habéis perdido y qué habéis ganado con vuestro cambio a Albella?
Casa Allué. Hemos perdido el contacto directo con los amigos y la familia. También el acceso fácil a cosas culturales como teatros, cinemas y la gran variedad de tiendas de todos los tipos cerca.
Hemos ganado nuevos amigos y vecinos que siempre nos ayudan cuando haga falta. Hemos ganado el estilo de vida que buscábamos, en un pueblo tranquilo donde no hay peligros para nuestras hijas (tuvimos después de Penny a Sophie, nacida en Huesca en 2008) quienes pueden jugar tranquilamente por todo el pueblo. Ellas ya son bilingües.
Arialla. A toro pasado, ¿qué haríais de modo distinto y qué estáis contentos de haber hecho como lo habéis hecho con vuestro cambio de vida?
Casa Allué. No me gusta mirar atrás, siempre hay cosas que debemos haber hecho mejor o diferente sobre todo en la obra grande que tuvimos que hacer en la casa. Lo más importante es que estamos contentos de haber tomado la decisión de venir aquí, sobre todo a este pueblo con buenos vecinos quien nos ayudaron, especialmente Concha de casa Cebollero quien siempre estaba dispuesta a cuidar de las niñas.
Arialla. ¿Fué fácil integrarse en la diminuta comunidad de Albella? ¿El idioma fue un problema?
Casa Allué. Gracias a mi trabajo yo no tenía problema con el idioma, pero era diferente para Simón que ha solamente hecho un cursillo en Inglaterra. No obstante era suficiente para comunicar con nuestros vecinos, y además tuvimos nuestras “barritas mágicas” Penelope y Sophie, quien nos ayudaron a integrarnos en el pueblo en seguida. Los vecinos, tantos los quien viven (casi) todo el año como los de verano y fines de semana nos han ayudado un montón (y continúan ayudándonos). Debemos mucho a ellos y espero que un día podamos volver los favores de otra manera. La verdad es que, después de poco tiempo, nos sentimos parte del pueblo. Cuando llamaron a Simon a ayudar a preparar un entierro, ya sabíamos que nos habían aceptado como parte del esta pequeña comunidad.
Abajo, la falsa en 2007, y debajo a su terminación en 2014. la falsa es sin duda uno de los mayores logros estéticos, donde se aúna lo tradicional con lo moderno, de exquisito gusto.
Arialla.. También nos saludáis todos los años cuando llegamos en abril en la excursión anual. Vemos que en vuestra web hacéis mención de los libros que editamos. Creéis que puede ayudar el camino urbeciano a que pase más gente por Albella? Sinceramente, viene más gente preguntando por la ermita que antes, o no habéis notado diferencia? Tampoco faltáis ningún año a la fiesta de la romería de San Úrbez, ¿qué imagen tenéis de San Úrbez?
Casa Allué. San Urbez era una persona fuerte de espíritu y llena de determinación quien ha dejado un legado que continua en el siglo XXI. El día de la romería es un día mágico, cuando se llena el pueblo, cada año con más gente, y los vecinos llevan con orgullo los santos y la Virgen hasta la ermita. Para nosotros la ermita de San Urbez es la identidad inconfundible de Albella. La ermita y los retablos contando las historias del santo y los milagros que tuvieron lugar en Albella mientras vivía aquí como pastor, dan una riqueza cultural y espiritual al pueblo. Nos gusta también la historia de cómo el bisabuelo de Silvino salvó la ermita durante la guerra civil.
La ermita llama mucha atención a los clientes extranjeros de Casa Allué. A cambio de una donación para su preservación (que hacen directamente en la ranura de la puerta), les doy visitas guiadas a la ermita y siempre quedan sorprendidos por la riqueza que esconde este pequeño edificio.
Abajo, la planta baja en 2007, y debajo a su terminación en 2014.
Arialla. ¿En qué año comprásteis Casa Allué? ¿Fue fácil la decisión? ¿Cómo estaba la casa?
Casa Allué. Compramos Casa Allué en marzo de 2007. La vimos por la primera vez en noviembre de 2006. Recuerdo una casa fría y oscura, tenía Penny en mis brazos, con apenas dos meses de vida y se pusó a llorar en el momento en el que entramos en la casa. A ella y a mí no nos gustó nada, pero Simon es muy visionario, ¡y podía imaginar la casa con mucho mas luz y calor! La carretera de Albella todavía no estaba asfaltaba y Penny solamente paró de llorar cuando llegamos otra vez a la carretera principal.
Casa Allué era como una casa tradicional de pueblo y muy básica. La cocina tradicional en la primera planta era la única fuente de calefacción (como la cocina en casa Cebollero). Antiguamente la sala principal estaba en la planta baja, con los cerdos abajo en el semi-sotano calentando la sala. Habían tres pequeños dormitorios con un pequeño hueco para luz en cada uno (tenían contraventanas pero no tenían ventanas) separados de la sala solamente por cortinas. Los dormitorios de la primera planta tenían las puertas (y techos) tan bajas que nos golpeábamos la cabeza al entrar en el dormitorio de las niñas.
Los pajares y el desván estaban llenos de siglos de polvo, un montón de cal, barricas rotas, comederos, trampas etc y en el pajar grande, más de medio metro de estiércol acumulado durante años.
El jardín estaba lleno de escombros y mucha basura (zapatos, botellas de vidrio, cartuchos de caza, platos, jarras etc). Estaba tan apilada la basura contra la casa que tapaba los huecos de las ventanas del semisótano.
Abajo, sala de estar con la piedra madre en 2007, y debajo a su terminación en 2014.
Arialla. La construcción de la casa que ahora alquiláis, ¿cómo ha sido? ¿Con qué problemas os habéis encontrado?
Casa Allué. No hay sitio ni tiempo para contar todos los problemas que tuvimos con la rehabilitación de la casa. Por supuesto, nos costó mucho más que previsto, tanto en tiempo como en dinero. El objetivo era restaurar la casa respectando su estilo tradicional pero al mismo tiempo haciéndola más cómoda y dejando entrar más luz natural. Para esto había que tener en cuenta las paredes, pero sobre todo las paredes de los pajares estaban en mal estado, que al abrir huecos para ampliar las ventanas se cayó mucho más pared (ver foto). Lo que es cierto, es que la casa está bien ubicada sobre una roca durísima, tipo caliza, que se llama aquí “roca muerta”. Para poder incrementar la altura en cada planta, tuvimos que excavar en esta roca muerta durante tres meses. Todavía la tenemos expuesta en el salón, porque también es donde tenemos una fuente natural (cuando hay mucha lluvia o cuando sobra agua de los huertos de los vecinos sale agua) que hemos dejado abierta para evitar problemas en el futuro.
Al final, después de más de cinco años en obra (y aún queda para arreglar el jardín) tenemos la visión que tenía Simon hace ocho años. Hemos invertido todo que tenemos en esta casa, nuestro dinero, nuestras vidas y mucho cariño. Éste último se puede apreciar en las vigas antiguas de la casa, cada una tratada, lijada, limpiada y barnizada por Simon. ¡Hemos calculado que son casi dos kilómetros de vigas!
Abajo, casa y pajar de casa Allué en 2007, y debajo a su terminación en 2014.
Arialla. Contadnos vuestra idea de turismo rural, qué tipo de cliente buscáis en Albella, y por qué ha de venir aquí y no a otro de los muchos alojamientos que hay en todo el Pirineo.
Casa Allué. Además de respetar con mucho cariño la arquitectura tradicional, hemos decorada la casa con muebles y adornos antiguos (a Simón le gusta mucho restaurar muebles). Creo que hemos alcanzado el equilibro entre el ambiente tradicional y las nuevas tecnologías dando un alto nivel de confort para el cliente durante todo el año. Buscamos personas a quien les encanta la naturaleza y la tranquilidad pero también quienes aprecien las cosas tradicionales y la historia local. Hasta ahora hemos tenido gente de 22 países diferentes y tan lejos como Australia (¡en luna de miel!) y África del Sur. Independiente de donde vienen los clientes, siempre intentamos que se sientan “en casa”. Aquí os dejo unos comentarios de clientes nuestros:
“..el lugar es precioso, la casa es confortable, las comidas saludables, ligeras y exquisitas, Destaco fundamentalmente el excelente trato humano de Lucy y Simon, nunca en ningún alojamiento anterior me había sentido tan bien cuidada, detalles al máximo” (Angels, Barcelona oct 2015)
Se puede ver más en Tripadvisor.
Casa Allué está en un rincón privado del pueblo, con amplio terreno, y los bosques al lado (por donde pasa el camino de San Úrbez), donde los clientes pueden perderse en la tranquilidad y naturaleza del entorno. Albella está en el medio del valle del rio Ara, el único rio virgen en el Pirineo. Estamos en una posición central donde se puede alcanzar ambos lado del Parque de Ordesa y Monte Perdido (Torla y Ainsa/Escalona/Bielsa) y la Sierra de Guara. En este valle tenemos el equilibrio perfecto entre un clima semi mediterráneo sin tener demasiado calor y el clima atlántico normalmente aportando lluvia suficiente para mantener el valle verde sin demasiada lluvia.
Arialla. Vemos en la web que también tenéis una vivienda en Torla.
Casa Allué. Cuando vinimos a vivir a los Pirineos, llegamos con un bebé de seis meses y buscábamos una casa para quedarnos mientras hacíamos las obras. La idea inicial era vivir en una caravana en la obra, pero con un bebé las cosas habían cambiado. Por suerte, hemos encontrado la casa en Torla. La llamamos Casa Petirrojo porque siempre había uno en la terraza durante el invierno. En aquella época no sabíamos la importancia turística de su ubicación y ahora la tenemos cono una casa de Turismo Rural de alquiler integro. Idónea tanto para familia como para parejas, y está a unos pasos del centro de Torla.